lunes, 10 de febrero de 2020

Combinar una segunda "pregunta sorpresa" facilitaría la planificación de atención paliativa en la consulta de AP


La evidencia disponible muestra que, en muchos casos, la atención paliativa en el ámbito primario sólo se facilita de una forma reactiva, en situación muy avanzada y principalmente en pacientes oncológicos. En consecuencia, a menudo la anticipación de futuros problemas y necesidades, la exploración de los deseos de paciente y familia y de sus preferencias por el lugar de cuidados, no se llevan a cabo en tiempo y forma adecuados.

Uno de los principales obstáculos para facilitar anticipatoriamente la atención paliativa es poder identificar el momento propicio en la evolución de la enfermedad, particularmente en los casos no oncológicos.  

Para el reconocimiento de esta “1ª transición paliativa”, una de las herramientas más útiles es plantearse la “pregunta sorpresa” (¿Me sorprendería que este paciente falleciera a lo largo del próximo año?), que permite identificar si una persona se encuentra en una situación de fragilidad tal que cualquier mínimo empeoramiento o condición sobrevenida podría suponer su muerte, y que se ha incluido en diversos instrumentos de cribado como el NECPAL.

No obstante, su precisión parece verse muy influida, tanto por las variaciones en la trayectoria de la enfermedad como por la experiencia y habilidad pronóstica del clínico que la aplica.



Los resultados de un estudio piloto aleatorizado realizado por Weljers et al. sobre 28 médicos de familia, muestran que la adición de una 2ª “pregunta sorpresa” complementaria (¿Me sorprendería que este paciente continuara vivo dentro de un año?), además de ser considerada muy útil por la mayoría de los participantes, podría contribuir a facilitar una planificación más integral y proactiva en aquellos casos en que la respuesta a la misma fuera positiva.

A pesar de la escasa potencia estadística de los resultados de este estudio, por su facilidad de aplicación quizá merezca tenerse en cuenta la combinación de ambas preguntas, si con ello se facilita la proactividad en caso de personas con enfermedad no oncológica y si la experiencia pronóstica del profesional no es muy avanzada.



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