Os cuento...


Me presento: Soy Javier Resa, médico paliativista, aunque formado como todólogo de familia por vocación, afición y devoción, un poco a la antigua usanza, infatigable practicante del oficio sin llegar nunca a dominarlo, algo cabezota y de pensamiento culinquieto.

Dicen que decía el gran Oscar Wilde que, para escribir, sólo son necesarias dos cosas: tener algo que decir y decirlo. Movido por esta máxima, y dadas las fascinantes oportunidades que nos ofrece el entorno digital, me he decidido a retomar mi viejo gusto juvenil por el poder mágico y transformador de escribir sólo por escribir, una forma más de hacer medicina.

Y así nace este cuaderno de bitácora, cuyo nombre ha heredado de una deliciosa compilación de memorias escrita al comienzo de los años ochenta por un médico bueno, Alberto Escudero Ortuño, cuya lectura me marcó profundamente en mis primeros pasos en esta bendimaldita profesión.


Creo que en estos tiempos de enorme desarrollo tecnológico aplicado a la Medicina, en los que asistimos a un incremento exponencial de la prevalencia de enfermedad crónica avanzada con necesidades complejas, se hace más patente aún la necesidad de retomar las enseñanzas del legado humanitario de Hipócrates, que nos plantea ante todo no subestimar la condición humana del paciente y establecer una visión única, integradora, de la persona que sufre.

Así pues, con su famoso aforismo en mente: La vida es breve, el arte largo, la oportunidad fugaz, la experiencia engañosa y el juicio difícil dialogaremos, entre otras cosas, sobre la finitud de la vida, la capacidad del arte para hacernos trascender, y lo complicado de llegar al conocimiento verdadero.

Me propongo ir comentando en estas páginas todo aquello que me vaya llamando la atención en la red, compartir inquietudes, ofrecer lo que de mi experiencia pueda servir de utilidad para contribuir a visibilizar los cuidados paliativos y, en suma, intentar crear un foro de intercomunicación de vivencias que también me permita seguir aprendiendo.

Os invito a acompañarme en este viaje continuo por la que Edmund Pellegrino describió como la más humana de las Ciencias, la más empírica de las Artes y la más científica de las Humanidades.

¿Os animáis?


Busto de Hipócrates de Cos (460-370 AC)
Museo Arqueológico Nacional - Nápoles (Foto: DeAgostini/Getti Images)