miércoles, 16 de agosto de 2023

Diez razones por las que la atención paliativa "es cosa de familia"

"La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene".
Jorge Luis Borges

“El buen médico hace más que tratar a sus pacientes cuando están enfermos.
Es el testimonio objetivo de sus vidas; el registrador de sus recuerdos”.
John Berger



En términos reglamentarios, la responsabilidad de la Atención Primaria con respecto a la atención paliativa se pone de manifiesto en el Real Decreto 1030/2006, de 15 de septiembre, por el que se establece la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud, que, en el apartado de Atención Primaria incluye: “la identificación de enfermos en fase terminal; la valoración integral de las necesidades de pacientes y cuidadores y el establecimiento de un plan de cuidados; el control de los síntomas físicos y psíquicos; la información, asesoramiento y apoyo al paciente y a los cuidadores y, en las situaciones que lo precisen, la facilitación de la atención por estructuras de apoyo sanitario y/o social por servicios especializados”

No obstante, y sin que se conozcan muy bien todas las razones, muchos equipos de Atención Primaria han ido poco a poco abandonando esta labor, que en la actualidad llega incluso a verse como algo ajeno a la actividad habitual. No cabe duda de que la innegable sobrecarga asistencial y burocrática, con agendas inasumibles que no permiten contemplar en su justa medida la atención domiciliaria, así como la prácticamente total separación de tareas entre profesionales, o la falta de formación específica, eclipsada por la capacitación en otros campos y tecnologías que pueden resultar más atractivos, son factores que dificultan las necesarias longitudinalidad y continuidad, pudiendo explicar, aunque quizá sólo parcialmente, ese desapego creciente hacia una pieza clave de la atención familiar y comunitaria

Por su parte, como magníficamente resalta Alberto Meléndez, los profesionales más jóvenes aprenden su profesión sumidos en esta realidad, a lo que se añade la provisionalidad de sus contratos y, por tanto, su fugaz paso por centros y cupos, de modo que no debe extrañar que algunos de los considerados como valores esenciales de la Atención Primaria terminen por perder su significado, al no guardar ninguna relación con lo que viven en su día a día. 

A pesar de ello, la atención primaria y la atención paliativa no sólo comparten buena parte de sus características esenciales, sino que están necesariamente llamadas a convivir de forma integrada, toda vez que, con el progresivo incremento de la cronicidad avanzada, será el único modo de intentar garantizar un mínimo de equidad en el acceso a una asistencia adecuada de las personas que lo necesiten.

Sirvan estas diez razones a modo de inventario breve de cuanto ambas disciplinas tienen en común:

  1. La atención paliativa brinda una respuesta científica, profesional, humana, individualizada y coordinada a las necesidades, complejas y cambiantes, de las personas con enfermedad en fase avanzada y de su entorno de cuidados. La labor del equipo de Atención Primaria, por sus cualidades intrínsecas, resulta especialmente idónea para asegurar estos cuidados en su ámbito natural.